El Museo de la Catedral de Segovia guarda en sus salas una gran cantidad de obras de arte, que son un disfrute para los sentidos de los numerosos turistas que lo visitan. Cada una de ellas sorprende y enriquece al visitante, haciendo que su experiencia se convierta en un agradable paseo por un jardín de belleza, formas y colores.
En ocasiones, sin proponértelo, entre tantas obras, una de ellas capta tu atención de forma mágica, como me sucedió en mi última visita a la Catedral de Segovia. Un cuadro de una Virgen con el Niño me atrapó al instante por la belleza de sus miradas y la profundidad del mensaje de amor y ternura que trasmite.
Me llegó al alma y no pude evitar traerla conmigo.